A veces miro y de tanto que miro que a veces me olvido que tengo y no tengo y que no consigo, que no es un juego sino el destino, y si no es el destino, es el desatino que juega al olvido mientras lo miro. Placeres, sillones, pasillos sin fin, sin albedrío que todo es un juego y que a veces lo olvido.
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