viernes, 15 de abril de 2011

Celada. ¡Santa Semana! (Nadie sabe para quien trabaja)

La fe: sugestiones y supersticiones 
Efecto placebo en mi alma, hacen posible el milagro 
dando sobre tiempo al cuerpo/
esperanza necrosada,
con aroma a hierba muerta,
llegan los santos más faranduleros
se burlan del hombre y su naturaleza torpe
Cuestionan mi espíritu de dudosa inmortalidad
creo en mi y en toda fuerza oculta 
creo en mi y en todo amuleto de esperanza muerta.
Me aferro a la suerte y a mis Dioses divinos 
que rondan limitando mi instinto,
llega mi culpa envidiando al santo
generando una lucha que merece plegarias
convirtiendo al humano en animal reprimido/
no soy ángel, ni serpiente malévola,
no merezco perdón, pero tampoco rencor,
no vengo desde el infierno a levantar cruces invertidas.
No soy una maligna flor de himen intacto,
Ni la santa madre de sabanas blancas,
no me acosté con Satán, 
pero
si fui a su carnaval de cruces quemadas,
no me irrito su cola serpenteante, 
ni su infierno de tierras rojas,
me inyecto la duda en las venas,
y,

sin remordimiento tiño mi sangre de incertidumbres

y me obligo a sufrir por costumbre,
arranco mi corazón y me invito a danzar

frente a tu presente ausencia.

Ahora sólo vienen los hombres con los ideales mas retorcidos
con la inconsciencia que llamamos "alma"
no soy virgen, ni profeta con recuerdos oníricos,
ni mucho menos soy Nietzsche crucificado.
Mi Fe, mis creencias, se filtran con total interferencia
devorando mi inconsciente más que violado 
por el pérfido ángel de los sueños 
es adicto a mi memoria llena de agujeros 

revelando la única cosa real: La gran verdad, 

apta para presentarse solo en sueños,
dañina si hace presencia en estado de extrema consciencia.


Me limito a los vagos cuestionamientos de la existencia
y solo llego al punto muerto, 
punto en el que solo me encuentro con mi lado más lógico. 
Adicta a ser otra extraña en mi cuerpo, 
me despojo de la realidad impuesta
me disfrazo de victima sedienta de respuestas,
y me refugio en la fe de tu ausencia presente, 
de mi presente incierto, de mi alma ausente/
mis ojos vacios y mi escepticismo tornasol,
no vengo a tu carnaval de santos de cartón,
nadie me invitó a tu casa con invitación
no soy una santa, ni una maligna flor
no soy una virgen sin corazón.
Mi Fe, mi alma sin alma, 

mi cuerpo vació al mínimo e inútil cuestionamiento...

Y me pregunto: ¿De qué se trata todo esto?
Cielo e infierno
Y aquél paraíso que no encuentro. 
¿Qué hago yo sin fe? ¿Qué hago yo sin alma?

Largos dilemas de incógnitas que sangran,
sangran en una limitada alma,
que en su inmensidad 
es censurada imposibilitando la libertad de las mentes 
divagando en los inútiles cuestionamientos. 
El alma.... Sangra y huye dentro de sí misma perdida y vacía:
Se desintegra...
se desprende mi espíritu de eternidad dudosa,
desaparece mi alma…





YO:
Cuando leo este tipo de cosas escritas a los 14 o 15 años por mi,
me doy que he sido groseramente escéptica durante toda mi vida. Claro, ahora no tanto, porque he necesitado fuerzas de cosas extraterrenales para salir adelante. Supongo que de eso se trata todo esto, se trata de sentir algo que va más allá de lo visible, de refugiarse en una imagen divina, con el fin de anestesiar aquellos burdos cuestionamientos que sólo llegan a punto muerto. Ya, que en realidad: ¿Qué sería de nosotros sin la ayuda de lo que no existe?

Quizás, sí. Me he vuelto una adicta a sentirme una extraña en mi propio cuerpo, pero ya no se siente tan bien, ya no me siento libre en el pensamiento. Ahora me siento esclava de mis cuestionamientos. Anclada al sentimiento que cuando lo pienso, ya no lo siento. Se esfuma, se disuelve y desaparece en el aire, ¿Esa es el alma? 

Pensando en el alma que piensa y por pensar...¿Ya no es alma?
Desarma y sangra...





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